Querida. Te extraño

Hola

Ven, volvamos abrir una botella de vino.
Cuéntame de ti, tomando una copa. Riéndonos de cosas tontas, recordando como eramos niños y cómo hacíamos travesuras por las cuáles nuestros padres tenían que lidiar. Cuéntame de tus primeras caries y como tus dientes de leche se cayeron para mostrar tu bella sonrisa que me gusta observar.
Cuéntame como eras de pequeña, tus primeros tus sustos, tus alegrías, aquellos pequeños detalles que me hacen entender el porque de tu personalidad. Tratando siempre de entender a aquella persona que ahora habla y que me gusta escuchar.
Cuéntame sobre como empezaste a crecer, esas decepciones que te hicieron fuerte y que no me permiten entrar a tu corazón, ya saben lo bueno no es fácil aunque esos besos que nos dimos dicen lo contrario antes de pedirte estar.
Cuéntame por favor cuál ahora es tu filosofía de vida, de aquellos temores que nacieron por no entender como seguir. Detalles pequeños que afectaron tu mente.
Cuéntame de esas músicas que te hacían bailar, pararnos y empezar con agarrarnos las manos y bailar. Bailar mientras el alcohol se sube. Sé que no sé bailar y me trabo, pero que importa si es contigo querida.
Cuéntame de nuevo esas ganas de hacernos viejos y mirarnos despertar. Tú con el pelo desordenado y yo con mi ojos hinchados.
Cuéntame de esa receta, de lo que necesitamos comprar.
Cuéntame el porqué no me comentabas tu real estado.
Cuéntame cómo fueron esos minutos teniendo el virus.
Cuéntame de ese sufrimiento, de tu falta de capacidad para respirar.
Cuéntame… ¿Debería seguir llorando?
Cuéntame… ¿Ahora cómo debo continuar?
Cuéntame… ¿Qué hago con esas almohadas extras?
Por favor, podrías contarme algo más…

Ojalá pudiera regresar el tiempo y volver a decirte:
«Querida. Te extraño».

¿Cómo estás?

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